COVID-19

El COVID-19 está afectando a comunidades en todo el mundo, incluidas las áreas que ya se veían afectadas por la crisis antes del brote. Además de cobrarse vidas, la pandemia ha afectado a la economía global de forma grave, dando lugar a la pérdida de medios de subsistencia, cambios en los patrones migratorios y perturbaciones de las redes familiares y sociales.

Aunque la trata de personas sucede en cualquier momento antes, durante y después de las crisis, los contextos de crisis pueden exacerbar las tendencias de trata preexistentes y dar lugar a otras nuevas. Los tratantes de personas sacan provecho de las cuantiosas pérdidas humanas, materiales, sociales y económicas provocadas por emergencias y crisis. Estas pérdidas agravan las vulnerabilidades preexistentes, lo que puede forzar a las personas a tomar decisiones y correr riesgos que, de otra forma, no harían.

El COVID-19 presenta una serie de desafíos para las comunidades, tales como:

  • Aumento de la vulnerabilidad ante la trata entre individuos y comunidades que ya estaban en peligro y aquellos que antes no se consideraban en riesgo.
  • Aumento del riesgo para las víctimas de la trata.
  • Aumento del riesgo de daños y de volver a ser víctimas de trata para aquellas personas que han salido de una situación de trata.
  • Afecta negativamente a la provisión de servicio y a la habilidad para identificar, proteger y apoyar a las víctimas de la trata.